domingo, 5 de febrero de 2012

Tengo la culpa.

Será que yo tengo la culpa?, escuché esa frase y un flashback estremeció mi cuerpo, mis pensamientos y peor aún...mis sentimientos. El tiempo transcurre y sin que a veces llevemos la cuenta, el pasado puede confundirse con algo que nosotros llamamos "presente", aferrándonos a recuerdos y experiencias que nos dan la esperanza para pensar que en cualquier momento una llamada, un mensaje, una foto, una palabra nos lleve a revivir eso que se nos hace difícil arrancar del alma. Pero cuando un momento de racionalidad llega, caemos en la cuenta de que el tiempo sigue siendo tiempo y que no se quedará inerte esperando a que nuestro cerebro intente establecer algún indicio de conexión con ese músculo lleno de vida llamado "corazón". 

Pues sí, yo tengo la culpa de cada momento amargo, de cada lágrima, de todo el tiempo perdido pensando en lo que fue, negándome  la posibilidad de ver lo que realmente tengo enfrente, y que por cierto se resume en algo maravilloso. Buscamos culpar a la vida, a las circunstancias, al destino, pero a veces resulta complicado evaluar nuestras propias decisiones y qué hicimos y seguimos haciendo para encontrarnos en la situación que es nuestro pan de cada día. Tengo la culpa de no  haber sido capaz de recordar y sonreír al mismo tiempo. Tengo la culpa de no haber dicho lo que debí cuando tuve la oportunidad. Tengo la culpa de haber lastimado a quienes realmente les importo. Tengo la culpa de no asumir que existe la posibilidad de que dos personas jamás puedan verse a los ojos nuevamente.Tengo la culpa de no exponer sentimientos para no sentirme vulnerable. Tengo la culpa de no coger un maldito teléfono y decir lo feliz que me hace saber que todo está bien. Tengo la culpa de haber esperado algo que de antemano sabía que no iba a suceder.

Tengo la culpa de haber caído tan hondo y también tengo la culpa de haberme levantado poco a poco y con gran dificultad. Tengo la culpa de muchas cosas, buenas y malas, pero sobretodo, tengo la culpa de haber cometido tantos errores y aciertos que me han hecho saber que soy un ser humano y que tengo todo el derecho de joderla en muchos aspectos y que tengo el deber de corregir lo que haya que corregir. Porque al fin y al cabo tengo la culpa de haber vivido una de las mayores experiencias de mi vida, dejando los miedos, el orgullo y la autosuficiencia de lado para ser simplemente...yo.

viernes, 3 de febrero de 2012

Por una rosa que pisé.


Escribir no por hacerlo sino porque hay algo que me quiero contar...pues si, contar a mi misma para encontrar entre palabras ese qué o ese quién que camina en un lugar del mundo y que con su imperfección encaja perfectamente, no suelo pasar por aquí muchas veces pero cuando los dedos me llevan es que existe un motivo. Pasamos mirando sin ver...viviendo sin ser...hasta que simples cosas cotidianas sacan una sonrisa, un recuerdo, una anécdota  que logran darle un significado a cosas tan simples que resultan maravillosas cuando creamos una historia de lo que pudo ser y así lograr soportar ese día esperando a que llegue el siguiente y no sufrir en el intento. En ocasiones por no decir la mayoría conseguimos o tenemos lo que queremos pero rara vez tenemos lo que necesitamos....lo que realmente necesitamos, y es que suelen ser aspectos tan sencillos que los dejamos pasar por alto, que los damos por sentado pero cuando les damos a cada uno una particularidad se vuelven  maravillosos ante nuestros ojos.
Me di cuenta que conservo una hoja a la que le puedo dar miles de historias, pero solo una es la acertada, esa hoja viajó miles de kilómetros y resulta increíble pensar que en su simplicidad alberga un mensaje que trato de borrar, pero es algo en lo que no tendré éxito porque esa hoja contiene los números y letras que dan la respuesta al qué y quién...de mí.
Esta vez será una rosa que pisé... 

Hace tres años.

Los sentimientos fluyen y la división que me rodea y cala dentro de mí es algo que me cuesta expresar con palabras. La conexión que tuvimos desde siempre es como si ahora se esfumara porque tu cuerpo no responde, de tu boca no salen las palabras que quisiera escuchar, tus manos no me tocan y tu mirada no me sabe encontrar. 
No fuiste la mejor madre ni la mejor amiga pero tú y yo sabemos que eres, porque aún eres , la mejor persona que haya podido conocer. No hay lágrimas por ti porque estás más cerca de lo que los demás pueden llegar a pensar. Prefiero pensarte, porque así te tengo en mi mente todo el tiempo que quiera y con los recuerdos que vivimos. 
Quiero escuchar una grosería tuya, las vulgaridades que de tu boca no sonaban tan malas, porque  tu peculiar elegancia es algo que me enseñaste como quien no quiere la cosa,  si te vas quién me sacará y calmará el dolor que vas a dejar en mi alma, quien va a curar la herida que nunca cerrará porque tú eres única, eres la pequeña gran persona que quiero llegar a ser con todos tus defectos y más defectos. 
No sé por qué ahora presiento que te pierdo, no sé porqué ahora siento esa desesperación que aquella vez no sentí tan en el alma. Miles de excusas porque no te podía ver, porque soy igual que tú, tengo tu carácter y tu temple, tus manos y la forma de mirar, el sarcasmo que solo a ti te sale de manera natural, necesito abrazarte y decirte las cosas que no pude , necesito sentirte y escuchar de ti y solo de ti que estarás conmigo, que no importan los errores que cometí, las estupideces que en su momento dije y la bestialidad de poner mi orgullo antes que a ti. El final de esta pesadilla no lo quiero saber y mucho menos vivir. Tú eres la única que sabe que en verdad sabe que tengo corazón, que sí tengo sentimientos, que puedo llorar y desvanecerme como cualquier mortal, sabes las cosas que a otros se les es difícil captar, porque yo miro a través de ti y tú lo haces por mí. 
Quiero ser lo que tú quieras que sea, la rebeldía ya no me importa , no quiero ser como todos, quiero ser como tú, quiero verte , tenerte, mirarte. Ya no puedo escribir mas porque la desesperación me gana, cada minuto que pasa, cada segundo que empleo en escribir esto es tiempo en que te pierdo, no me importa si esto es coherente o no, no me fijo en si es bonito o no, porque es lo que ahora siento, es a lo que me aferro para sentir que voy a despertar y que la broma pasará. 
Como dije no eres la mejor, pero si la mejor abuela, madre, amiga y confidente que yo haya podido tener y que no merezco y que Dios me dio para cometer la brutalidad de dejarte ir y ser la mujer más miserable y estúpida que he sido y que seré por el resto de mi vida porque nunca voy a encontrar a alguien como tú y te seguiré a donde vayas así tenga que dejar de existir.